7 d’ag. 2016

parentésis 14



Empieza con la calle de perfil. Con el relieve de todos los edificios dibujando una estadística a contraluz. La representación gráfica de algo que sube y baja a intervalos muy cortos y abruptos. Sería divertido sentarse a pensar qué podría responder a un gráfico tan dinámico. 
 
Podría ser la oscilación del precio del pescado a última hora en la lonja cuando el vozarrón del capataz se empieza a dormir porque anoche tuvo jarana. A lo mejor su hijo tuvo fiebre o a lo mejor la fiebre la tuvieron él y su señora y se les ha hecho de día y se distrae cantando el precio del quilo de sardinas pensando en los quilos de su mujer distribuidos entre su boca y sus piernas. 
 
Podría ser la estructura de la melodía de muchas músicas sonando a la cinco y media de la tarde. La mezcla de la canción que canturrean las niñas cuando no las ve nadie. La sintonía de un programa de la tele, aquél de la presentadora muy guapa con vestido de purpurina. La última de una estrella pop que canta sentada en el capó de un coche blanco mirando al infinito. Las subidas y bajadas de una canción de abuela cantada en árabe antiguo con gafas de sol y pendientes de pinza muy grandes. 
 
Podría ser trazo de las olas contra el hormigón, la distribución normal de un cuerpo de agua que se desintegra en gotas contra el borde de la ciudad. Una estadística que plantea el problema de la determinación de la unidad de medida: es una ola, es un mar o es una gota? Es el instante de la masa que se desparrama en el aire antes de volver a recogerse sobre el mar, bajo el manto de una campana de gauss que puede ser un sombrero o un elefante devorado por una serpiente o el perfil de una ciudad antes de que anochezca. 
 
Por encima de la línea de demarcación de la ciudad estadística hay un cielo exhaustivo. Algo bastante blanco,bastante azul y bastante plano. Un cielo resignado a existir por contrapunto como el amigo silencioso de un amigo parlanchín. En este cielo las nubes están cohibidas porque si se soltaran el pelo resultaría difícil distinguir qué es ciudad y qué no. Es más, cuando las nubes se desmelenan corren el riesgo de quedarse enganchadas en el pincho de una parabólica, cocinadas a la plancha en el plato dónde resuenan todos los telenoticias de la región. 
 
Sólo las palomas zurcen el roto entre skyline y cielo. Cuando al sol le quedan dos dedos de caída libre sobre el mar los pájaros empiezan su entreno olímpico. Vistas a pie de calle, aparecen y desaparecen como una parábola tendiente a infinito. Cosen y recosen el recorrido circular de la azotea a las nubes con punto lanzado, que “consiste en lanzar el hilo según un esquema previamente fijado, formando barritas paralelas que constituyen un conjunto homogéneo y compacto”. Y con la misma determinación desenhebran la aguja y deshacen la trama cada vez que se ensancha la bandada y se desparraman los puntos sobre las coordenadas arriba-abajo, izquierda-derecha, pasado-futuro. 
 
Sociólogas con alas dedicadas a recomponer cada día el margen de error necesario para que respiremos las variables anómalas.


 
It starts with the profile of the street. With the surface of all the buildings drawing a statistics in the backlight. The graphic representation of something that goes up and down in very short and abrupt intervals. It would be fun to sit and think about what would such a dynamic graphic be representing. 
 

It could be the oscillation of the fish prices at the end of the day in the fish market when the voice of the big boss progressively falls asleep because last night was tough. Maybe his son had a fever or maybe it was him and and his wife who have been feverish until the daylight and so he's distracted singing the price of a kilo of sardines while thinking of his wife's kilos around his mouth and his legs.



It could be the structure of the melody of many musics playing at half past five in the afternoon. A combination of the song that girls sing when they think no one sees them. The jingle of a tv show, the one with a very pretty anchor wearing a glittering dress. The one of the latest pop star who sings sitting in a convertible white car staring at the infinite. The ups and downs of a grandma's song sung in old arabic with sun glasses and very big clip earrings.
It could the line of the waves against the concrete, the normal distribution of a body of water disintegrating into drops against the boundaries of the city. A statistic that unfolds the problem of determining the unit of measure: is it a wave, a sea or a drop? It's the moment of a mass of water splashing in the air before gathering again in the sea, under the blanket of a gauss glass that can look like a hat or like an elephant devoured by a snake or like the profile of a city before sunset. 
 
Above the demarcation line of a statistic city there is an exhaustive sky. Something quite white, quite blue and quite flat. A sky resigned to live by comparison, like the silent friend of a talkative friend. In this sky the clouds are self-conscious because if they go wild it would be difficult to distinguisg what is city and what is not. Actually, when the clouds let themselves go they are at risk of getting stuck in the hook of a parabolic antenna, grilled in the dish where the all the newscasts ot he region are resonating.

Only the pigeons dare to sew the unpicked between the skyline and the sky. When there is only two fingers of sun remaining before the free fall on the sea, birds start their olympic training. Seen from the street, they appear and disappear as a parabola tending to infinite. The sew and re-sew the circular journey from the rooftop to the clouds with fly stitches, which consists on trowing the thread according to a previously stablished scheme, deploying a series of parallel lines that conform a compact and homogenous body. And with the exact same obsession they unleash the thread and undo the weft and the stitches are scattered on the up-down, left-right, past-future coordinates. 
 
Sociologists with wings devoted to recompose every day the margin of error needed to let the anomalous variables breath.
 

0 comentarios:

Publica un comentari a l'entrada