25 de març 2012

a tiempo

Cuando cada gesto esconde un signo, la realidad se desgarra en silencio. Cuando calculo cuánto tiempo durará tu olor en mis sábanas, se me destiñe la piel sin tu roce. Cuando podemos cambiar el mundo por arriba, se nos desarma el suelo a pie de calle. Cuando tu abrazo dura todas las lunas de una noche en previsión de las noches que vienen. Cuando te echo de menos a menos de un centímetro.

Entonces empieza a ser hora de dejar de llegar tarde.