24 de nov. 2009

hoy es domingo 31 de septiembre


El de hoy es el más parecido a mis domingos imaginarios.
Mis domingos son brillantes y amarillos, los suelos están mojados y se reflejan en los adoquines las cervezas de media mañana con tapa de olivas. Tienen gente en la calle que discute a velocidad de domingo los avatares de una semana que empieza hoy. Entra tanto sol por las ventanas de domingo que se alarga el café con zumo y galletas hasta que todos los suplementos del periódico han sido desayunados. Como es domingo, en mis domingos, dejamos dormir a las camas hasta media tarde, cuando la siesta las requiere bien estiradas y acogedoras.
Mis domingos imaginarios sólo existen en septiembre. Este es su punto de referencia. Sólo en septiembre brilla el sol con esta amarillez decaída. En septiembre la melancolía es menos abrumadora, el aire es fresco y la luz invita a alegrarte de tu tristeza tranquila. De este modo de respirar. Los minutos de septiembre son inmensos, en cada fracción de sesenta segundos caben llantos profundos y alegrías de vivir. Tan verdaderos unos y otros que se hacen indistinguibles, en un mismo nudo se mezclan fibras de pena y sonrisa, música quebradiza y genuina.
Y bailan a saltitos por la barriga las ganas de verte, de acogerte, de abrazarte, de llegarte a conocer a ti desconocido. Flota el humor en una bruma frágil. Hoy es domingo 31 de septiembre.
El año próximo empieza mañana.

* Ilustración de Sara Santos

0 comentarios:

Publica un comentari a l'entrada